Dra. Ekaterina Kurteva, MD: Los implantes de silicona son un factor de riesgo para la esclerodermia

Tabla de contenido:

Dra. Ekaterina Kurteva, MD: Los implantes de silicona son un factor de riesgo para la esclerodermia
Dra. Ekaterina Kurteva, MD: Los implantes de silicona son un factor de riesgo para la esclerodermia
Anonim

Con motivo de la Semana de Concientización sobre la Enfermedad Reumática Esclerodermia (del 6 al 12 de junio) y el Día Mundial de la Esclerodermia - 29 de junio, la Organización de Pacientes con Enfermedades Reumatológicas organiza una conferencia en línea a cargo del inmunólogo del Laboratorio de Inmunología Clínica de UMBAL "St. Ivan Rilski" Dra. Ekaterina Kurteva, MD Publicamos una parte de la presentación de la Dra. Kurteva, quien en 2019 defendió su trabajo de tesis "Nuevos indicadores inmunológicos en el diagnóstico y mecanismos patogénicos en la esclerosis sistémica progresiva".

¿Qué es la enfermedad?

La esclerosis sistémica progresiva (esclerodermia) es una enfermedad debilitante grave del tejido conjuntivo con manifestaciones clínicas multifacéticas. Afecta tanto a la piel como a los órganos internos. En esta enfermedad, el tejido conectivo se deposita en la piel y los órganos internos. La fibrosis también afecta los músculos y el esqueleto. La más característica es la afectación de la piel, que se denomina esclerodermia.

La esclerodermia localizada se limita a la piel y al tejido subcutáneo, y la esclerosis sistémica progresiva afecta la piel y los órganos internos. La esclerosis sistémica progresiva tiene dos formas: la primera es limitada, que se manifiesta principalmente en manos, antebrazos, cara y cuello, así como en varios órganos internos; la segunda es una forma difusa en la que hay una severa visceralización.

Posibles síntomas

La manifestación clínica más común y primera de la esclerodermia es el síndrome de Raynaud: palidez o coloración azulada de los dedos, enrojecimiento durante el frío y el estrés, sensación de dolor en las puntas de los dedos. Este síndrome precede a los otros síntomas por 2-3 años, pero en forma difusa aparece simultáneamente con los otros síntomas. Sin embargo, el síndrome de Raynaud no siempre es parte de la esclerodermia. Pero la única solución es pedir cita con un reumatólogo y realizar las pruebas necesarias.

Otro síntoma es la inflamación difusa de los dedos. Son muy característicos de la etapa temprana de la enfermedad y llevan al médico a pensar en una esclerosis sistémica progresiva. En el modelo de dos pasos desarrollado para el diagnóstico precoz, el primer paso es precisamente la presencia de dedos edematosos compactados. En el centro de reumatología correspondiente, se llevará a cabo el segundo paso del proceso de diagnóstico: la capilaroscopia del lecho ungueal y el examen en un laboratorio inmunológico competente de autoanticuerpos antinucleares (ANA) específicos de la esclerosis sistémica.

En la práctica de reumatología en Bulgaria y en Europa, los siguientes anticuerpos antinucleares se prueban principalmente para la sospecha clínica de esclerosis sistémica: ASA, ATA, anti-RNAP III y anti-PM/Scl. Al respecto, el Laboratorio de Inmunología Clínica de la UMBAL “St. Ivan Rilski”, en colaboración con nuestra Clínica de Reumatología, hacen una excepción, ya que desde hace varios años se examina de forma rutinaria un panel más amplio de autoanticuerpos antinucleares específicos asociados a la esclerosis sistémica progresiva.

¿La esclerodermia está relacionada con factores ambientales?

Un factor de riesgo comprobado para la esclerodermia es la exposición al silicio y todos sus derivados. El polvo de sílice está involucrado en la aparición de muchas enfermedades, incluida la silicosis pulmonar. Los grupos de riesgo son los trabajadores de las minas de oro y carbón, los canteros y albañiles, así como todos aquellos que trabajan con polvo abrasivo.

Los implantes de silicona también son un factor de riesgo y conducen a una esclerosis sistémica progresiva. Las personas con predisposición genética a la enfermedad tienen diez veces más probabilidades de desarrollarla si además llevan implantes de silicona. Si tienes alguna sospecha de autoinmunidad, no es recomendable poner silicona en ninguna parte del cuerpo. Lo mismo se aplica a la implantación de parafina y derivados de parafina.

La exposición a hidrocarburos aromáticos también es un factor de riesgo identificado para la esclerodermia. “Tenemos bastantes pacientes que han trabajado en gasolineras o plantas de solventes orgánicos. Los compuestos que contienen cloro, como el cloruro de vinilo, también son un factor de riesgo para el desarrollo de esclerosis sistémica.

También hay medicamentos que pueden conducir al desarrollo de la enfermedad. La cocaína tiene el mismo efecto. El uso del suplemento dietético 5-Hidroxitriptófano (precursor de la serotonina) está absolutamente contraindicado en pacientes con esclerosis sistémica progresiva”, explicó.

Image
Image

Los supresores del apetito también son peligrosos

para estos pacientes. El aceite de colza también, porque muy a menudo está contaminado con sustancias que tienen potencial cancerígeno, así como para provocar esclerosis sistémica. Hay estudios que prueban que la exposición a metales pesados -cadmio, mercurio, plomo, molibdeno, paladio y zinc- son un factor en el desarrollo y progresión de la enfermedad.

El papel de los anticuerpos antinucleares

Más del 95% de los pacientes con esclerosis sistémica progresiva tienen autoanticuerpos positivos dirigidos contra antígenos nucleares (autoanticuerpos antinucleares - ANA), que son un signo de autoinmunidad. Además, algunos de los autoanticuerpos encontrados en pacientes con esclerosis sistémica progresiva son específicos de la enfermedad y están asociados con una forma particular de la enfermedad.

Por ejemplo, en la mayoría de los casos, los anticuerpos anticentroméricos (ACA) se detectan en pacientes con afectación cutánea limitada. Por otro lado, los anticuerpos antitopoisomerasa (ATA) se encuentran con mayor frecuencia en pacientes con esclerosis sistémica progresiva difusa. Se ha demostrado una asociación entre ciertos autoanticuerpos característicos de la esclerosis sistémica progresiva y ciertas manifestaciones clínicas.

Los pacientes positivos para autoanticuerpos anti-Th/To tienen peor pronóstico que los pacientes positivos para anticuerpos anticentroméricos (ACA). Tienen una alta incidencia de esclerosis sistémica asociada con hipertensión pulmonar, enfermedad pulmonar intersticial y crisis renal de esclerodermia. Los autoanticuerpos contra la fibrilarina (autoanticuerpos anti-U3 RNP) predominan en pacientes con esclerodermia con afectación muscular.

Predicción del desarrollo de la enfermedad

Los anticuerpos antinucleares (ANA) en la esclerosis sistémica progresiva son un marcador inmunológico importante no solo en el diagnóstico. Los ANA también tienen un papel predictivo (predictivo) para el grado de compromiso de la piel, para el tipo de daño orgánico y el resultado de la enfermedad. Se ha descubierto que los ANA en la esclerosis sistémica progresiva pueden detectarse mucho antes del desarrollo de los síntomas clínicos

En un pequeño porcentaje de pacientes, los ANA se negativizan durante el seguimiento inmunológico, lo que se asocia a un pronóstico más favorable. Los ANA específicos para la esclerosis sistémica progresiva rara vez se ven en otras enfermedades sistémicas del tejido conjuntivo y son incluso menos comunes en enfermedades no inmunomediadas o en individuos sanos. Estos ANA generalmente se detectan por primera vez en el curso de la esclerosis sistémica progresiva (esclerodermia) y su apariencia rara vez cambia durante el curso de la enfermedad.

Recomendado: